viernes, 6 de abril de 2012

Jambo pipi

Se acabó Zanzibar y con el dolor de mi alma. Que semanita hemos pasado. Siempre me han gustado los sitios en los que me paso el día descalzo, sin camiseta, solo en bañador. Así ha sido prácticamente la semana que hemos estado en esa islita, hasta hace poco desconocida para mí.

El martes, 03 de abril, ya dejamos Nungwi y nos fuimos para el sur. Había que conocer más de la isla. El transporte que el Damasín (experto en las artes del regateo) había gestionado por 25000 shilingi, al día siguiente cuando aparece el taxista se convierten en 80000. Cosas de las subidas del IPC Muzungo. Un poco más de regateo pero no bajaba mucho más. Finalmente optamos por la opción de volver a Stone Town, donde comenzó el viaje en Zanzibar y de ahí pillarnos algo más barato hasta el sur. En la furgonetilla conocimos a Vanesa, de Barcelona, nueva compañera de viaje durante dos días. Tenía intención de quedarse en Stone Town y más tarde visitar el sur, pero viendo lo buena gente que somos los extremeños y los canarios decidió unirse y hacer la ruta al contrario. Mañana vuelve a Barna e imagino que desde ya empezará a preparar nuevo viaje, aún le queda alguna hoja libre en el pasaporte. Le tengo que dar las gracias por sus cuidados, sobre todo la operación a talón abierto. No sé cuando se me quitará la manía de ir clavándome cosas en el pie. Bueno así voy dándole salida al botiquín que me he traido.

Bwejuu, que es donde al final decidimos quedarnos, nos regaló una visión diferente de Zanzibar. La zona es más tranquila, tal vez menos explotada turísticamente y eso hizo que tuvieramos el primer contacto más real con África, al menos para mí. Dámaso está más que acostumbrado en Burundi. Una experiencia increíble. El pueblito constaba de casitas muy básicas, creo que de barro y piedra simplemente en la mayoría. Algún pozo de donde sacan agua, vacas paseando, alguna que otra tiendita, y niños, muchos niños. Niños que al vernos salían a saludarnos: "Jampo pipi" (hola caramelos). Con que poco son felices algunos.

El día acabó con el partido del Barca-Milán. Hay cosas que aunque estemos en la otra parte del mundo, aunque la cultura sea totalmente opuesta, aunque no haya casi dinero para comer, encontraremos siempre; los móviles, Coca-cola y la pasión por el fútbol.

Al día siguiente nos alquilamos bicis. La avenida principal, la playa. Otra sensación sorprendente. Pedalear playa arriba playa abajo. Nos acercamos a un punto donde con una especie de catamarán artesanal, de madera de árbol de mango nos llevaron a "Laguna azul", donde hicimos un poquito de snorkel. Que vida más dura!!!

Adiós Zanzibar. Es hora de cambiar el chip. De conocer el interior del país. Es el momento de los safaris. Nos queda poco más de 1 hora para coger la guagua y dirigirnos hacia Mikumi, un parque del que nos han hablado varias personas. Mucho más barato que el Serengeti y con la misma fauna. Sin embargo si me quedo con ganas también lo visitaré junto con el Ngorongoro. Dentro de nada cumpliré un sueno de niñez. No veo el momento de estar en el jeep con mi camarón reflex. Me saldrá por un buen dinero, pero los sueños no tienen precio. 

Damaso haciendo lo que yo no hago, tener cuidado para no pisar erizos
Con un amigo

Jampo pipi!!!!
Inocencia y belleza africana

Playa en Bwejuu, increible el recorrido de la marea durante el dia
Masay, como guardia de seguridad
Libertad absoluta para pasear por el pueblo

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