Ahsante Sana Zanzibar

Es decir, "muchas gracias Zanzibar", en Zuahili. Esta isla ha sido toda una sorpresa. La verdad que no tenía mucha idea de lo que me podía encontrar ya que apenas  había visto un par de fotos en internet. Ha superado con creces lo que me podía esperar.

Llegamos el día 28 a Stone Town. Allí pasamos la primera noche, hostalito por 15$ con desayuno incluido, presupuesto mochilero. La primera imagen de la ciudad sorprende por sus callejuelas estrechas que la convierten en un laberinto continuo, pero principalmente es el estado de los edificios lo que mas llama la atención. Fachadas desconchabadas que posiblemente no recuerdan cuando recibieron por última vez una capa de pintura. Sin embargo, después de pasar unas horas dando vueltas se le va encontrando el encanto al sitio. 

Aguantando las paredes de Stone Town

Calle en Stone Town

Tanzanico

Éste fue el primer contacto con la isla. Sin tener aún muy claro hacia donde tiraríamos vemos que lo mejor es irnos ya hacia el norte donde nos dicen que se encuentran las mejores playas. Compartimos furgoneta con 3 suecas y 2 alemanas. Las primeras quedan en un primer lugar llamado Kendwa, muy bonito pero tal vez demasiado tranquilo. El resto nos decidimos por llegar hasta Nungwi Beach donde parece que hay más movimiento. Acertamos de pleno, conseguimos una habitación por 10$ por persona con desayuno. Increíble, abro la puerta y ya estoy pisando la arena.

Lo primero que veo cuando salgo del cuarto

Hemos estado tan a gusto que son 4 noches las que hemos estado en Nungwi. Nos han comentado que realmente a Zanzibar se viene al final, es decir, cuando ya has estado en el país con la mochila de un lado para otro, haciendo algún safari o subiendo al Kilimanjaro. Cuando ya estás tan cansado que no tienes más ganas que de tumbarte en la playa, hacer snorkel o leer. Esto es lo que te ofrece la isla, al menos esta parte. No hay más. Pero lo que hay te pone la piel de gallina. Me he bañado en el Indico. Esa imagen de las Islas Seychelles en los calendarios que contemplaba cuando era pequeño con ojos desconsolados existe. Y Zanzibar no debe ser muy distinta a las Seychelles. Hicimos una excursión que nos llevó a la isla de Mnemba. Hay que ver las fotos porque no hay palabras para describir tanta belleza. Pensando que no se podía mejorar, hoy he vuelto a bucear despues de 4 años. Pues me equivocaba, tan bonita es la superficie como el fondo. Mañana nos vamos al sur, hay que ver algo más de la isla antes de tomar nuevamente el ferry y comenzar realmente a visitar Tanzania , el Africa continental. Me voy con ganas de volver, con muchas imágenes y algunas personas en la cámara y en la retina: el agua cristalina, la sensación de pisar la arena blanca nada más salir del cuarto, los remojones de madrugada después de la primera fiesta, cenar con la mesa casi en la orilla del mar, la sensación de bucear de nuevo, los primeros peces escorpión y león que veo (ya me gustaría haberme tropezado con algún tiburón pero se ve que tenían cosas mejores que hacer), mis primeras palabras en swahili (Hakuna matata, sí sí, esto se dice de verdad y mucho; jambo; mambo poa; pole pole) el negro que imitaba a Chiquito de la Calzada, los masays con móvil y facebook, Benjamin, un sueco-iraní que lleva casi año y 8 meses en Arusha, al norte del país intentando que los beneficios de los safaris recaigan en la comunidad local, Oscar, un catalán que pidió excedencia por un año en su trabajo en Barcelona y ya lleva tres por aquí, Eva y Karen, con las que hemos compartido momentos de esta primera parte del viaje, Winnie y su prima, las Kenyatas que hablan hasta debajo del agua, las embarcaciones y sus astilleros tradicionales.

Los proximos Drogba y Etoo

Acrobacias tanzanicas

Toma playa y cuerpazo trianero

A razon de 1500$ la noche se puede disfrutar la estancia en la islita del fondo

Simplemente increible

Buceando en el arrecife de coral

Se me empiezan a acumular muchas experiencias en la cabezota. Que seria de mí sin el blog.