De safari en Mikumi

Ya estamos por el norte del país, en Arusha, muy cerca, bueno relativamente cerca del Serengeti. Estos últimos 4 días han sido un poco matadores la verdad. 

Después de salir de Dar Es Salaam, que yo pensaba era la capital del pais y resulta que no, llegamos a Mikumi. Ahora empiezo a entender porque la mayoria de la gente acaba su viaje por Tanzania en Zanzibar y no lo empiezan ahi como nosotros. Viajar por el país es cansadísimo, pero lo de subirse en la guagua es para grabarlo. A pesar de que cada uno tiene su asiento asignado lo normal es apelotonarse en la puerta e ir subiendo de dos en dos o de tres en tres si la fisica lo permite. Hasta las viejas meten empujones y codazos. Creo que el espíritu de supervivencia les nubla el sentido común, sin embargo creo que en estas incomodidas está el encanto de viajar de esta manera. 

A Mikumi llegamos a eso de las 7 de la tarde. Buscamos el hostal que me habían recomendando Alice y Matt, una pareja de australianos que conocimos en el sur de Zanzibar. Allí preguntamos por Mohamed, el que iba a ser nuestro guía. Buena recomendación. Se porto genial.

Al día siguiente a las 5.30 en planta. Los animales salvajes madrugan mucho así que nosotros no íbamos a ser menos. Sin embargo mis ganas de descansar lo máximo posible esa noche quedaron en nada ya que en el hostal se pasaron la noche de fiesta, hablando por los pasillos, pegando portazos, con música, y para rematar a las 5, la llamada al rezo de alguna mezquita de por ahí cerca. Genial, que mejor despertador que un imán llamando a sus feligreses recitando el Corán. Para mas coña nos dimos cuenta ya tarde que el hostal que conseguimos aquí en  Arusha esta pegado a otra mezquita. Le he dicho al imán que suba, que entre 3 nos sale la habitación más barata.

Sin embargo me olvidé del sueño con los primeros animales. Aún no estábamos dentro del parque y ahí estaban las jirafas a ambos lados de la carretera, desayunando y mirándonos con cara despreocupada. Ya dentro, elefantes, cebras, búfalos, hipopotamos, coyotes, águila, ... Pero antes que viéramos muchos de estosnos topamos con el que todo el mundo busca en los safaris. El gordo salió muy temprano. Eran apenas las 8 de la mañana y mientras intentábamos descubrir un leopardo que supuestamente estaba en un árbol, vimos a lo lejos como se iba formando un grupo de jeeps. Para allí nos fuimos. 3 machos jóvenes y una hembra. Ahí estaba el rey, tumbado, relajado, preguntándose quien eran esos que osaban molestar su descanso. Yo como un niño, haciendo fotos si se rascaban, si bostezaban, si uno se movía, cualquier monería era digna de ser fotografiada. Impresionante. Creo que realmente no sé describir con palabras lo que he sentido durante esas 6 horas en el parque. Ya lo dije. Para mí es un sueño hecho realidad. Al grupo de leones nos los volvimos a encontrar al rato, y ya la caravana de coches llegaba a once. Era una especie de persecución paparazzi. Demasiado estrés para el animal. Supongo que es el precio que tiene que pagar por ser el rey.

De Mikumi salimos hacia Dodoma. Otras tantas horas de guagua, para esta vez sí llegar a la capital del país. Sin embargo nos sorprendió por lo pequeña. Era como si Cuenca, Telde o Montijo fueran la capital de España. Curioso. Sólo dormimos una noche y al día siguiente 8 horas hasta Arusha. Arusha es el punto de encuentro para comenzar el circuito de parques del norte, los mas famosos, principalmente Serengeti y Ngorongoro. Yo tengo decidido a hacerlos. Hoy hemos comido con Benjamin, el sueco-irani que también conocimos en Zanzibar. Nos ha hablado de su agencia y de sus precios. Veremos que hacemos. Por ahora, en breve iremos a su casa a cenar y nos llevará a visitar una aldea local. Me encanta viajar.

Las jirafotas

Dumbo

Sin problemas de convivencia

El Rey

Me piro saltando

El Baobab no es solo un hotel del sur de Gran Canaria, es un árbol, bendita ignorancia la mía

A la entrada del parque, con el atuendo típico de explorador, gorro de Tropical (hay que promocionar lo canario) y camiseta de la selección de Tanzania